Para Napoleón, Fernando era un enemigo por el mero hecho de ser un Borbón. Además, no sabía casi nada de él cuando los acontecimientos de El Escorial le revelaron que era cobarde y fácil de engañar. La facilidad con la que le atrajo a Bayona y la poca resistencia a sus exigencias, le confirmaron en su opinión, negándose a reconocerlo como rey. Con lo cual, lleno de menosprecio, no cesó de humillarle, exasperándose del servilismo que Fernando le manifestó. La situación militar de 1813 obligó al Emperador a negociar con Fernando e incluso a proponerle la mano de su sobrina Zénaïde. Pero su odio era tal que estaba decidido, en cuanto lo permitieran las circunstancias, a volver a arrebatarle el trono que se veía obligado a devolverle.For Napole...