Inflexa. Fuente tipográfica para Bogotá en Ciclovía

Construir una nueva fuente tipográfica implica para el diseñador que la efectúe un proceso de reconceptualización del uso de las letras en la época a la cual pertenece, ya que a través de la letras, la imagen del mundo se transmite a la historia, siendo el texto escrito uno de los pocos elementos perennes sobre las cuales el futuro juzgara nuestro presente. Pero reconceptualizar este uso implica revisar lo que la tradición nos ha dejado, lo que la tradición tipográfica a lo largo de los últimos cinco siglos ha decantado como fundamento primigenio, lo que ha transformado por los influjos históricos y las ideologías dominantes y lo que el público como gran lector ha hecho prevalecer. En últimas, construir una nueva fuente tipográfica implica reconocer al sistema alfabético (en nuestro caso el latín y sus 26 letras) como una matriz en la cual se desenvuelven manchas de tiento regulada por el tamiz de la legibilidad. Aquí nos hallamos en el inestable punto de la legibilidad, al cual le podemos responder, según la entendamos, como producto cultural y moral de nuestra civilización y según se acomode al ojo que en su época lo vea (juzgue). Así la creación de una nueva fuente tipográfica implica mirar a nuestro alrededor y reconocer las formas que en ella se mueven, y con ellas componer la imagen de nuestro tiempo