Tejiendo historias, Convento do Beato, Universidad, Fábrica cerealis, Lisboa, Portugal : PFG septiembre, 2017, Tribunal 6.06

El punto de partida de este proyecto habla del diálogo entre las capas de la historia, entendiéndola como un lienzo mil veces vuelto a dibujar y reinterpretado por todo el que tuvo la suerte de poder formar parte, dejando constancia de cómo lo espacios hablan por ellos mismos y siempre tienen una historia que contar. En un enclave privilegiado de la ciudad lisboeta, el Convento do Beato pudo formar parte de muchas de los acontecimientos que dibujaron el curso de la historia, a orillas del rio Tajo. En lo que por el siglo XV eran terrenos de cultivo y partiendo de una pequeña ermita en honor a Sao Bento, la reina Doña Isabel tras recibir como regalo de bodas la Abadia de Alcobaça, ordena construir un hospicio para los “Bons Homens de Vilar”. La muerte prematura de Doña Isabel hace que Afonso V continúe las obras y para enaltecer a su difunta esposa amplia el conjunto para la creación del Convento de Sao Bento de Xabregas, que es autorizado por el Papa Pío II en 1461. Las obras concluyen en 1697, sobreviviendo al terremoto de 1755 sin sufrir daños estructurales. En 1834 el templo es profanado transformando una de las alas del edificio en Hospital Real Militar, siendo el fin del uso conventual. Tras un incendio que inutilizó las instalaciones del Hospital, el edificio es comprado por Joao do Brito, quien comienza a utilizar las instalaciones del convento para fines industriales, durante la primera etapa del uso fabril se instala en la iglesia una fábrica de malta, emergiendo del altar mayor dos grandes chimeneas pertenecientes a la máquina de vapor e instalando el molino en las antiguas cocinas del convento. La marca “Nacional” que nace en estas instalaciones y para la que la reina María I de Portugal autoriza el uso de este nombre, se convierte en una de las marcas principales a nivel nacional, y con repercusión en el mercado internacional. Esta gran demanda hizo indispensable la construcción de nuevas instalaciones y la utilización de mayor maquinaria para rentabilizar el proceso. Se construyen tres grandes edificios cada uno de ellos ligado a una etapa del proceso, el edificio de “Limpiadores”, el edificio del “Molino Austro-húngaro” y el edificio de los “Ensacadores”. Hoy en día el conjunto industrial se encuentra en desuso en su gran mayoría (el conjunto formado por los tres edificios anteriormente citados), sin embargo el Convento do Beato ha sido recientemente rehabilitado y se usa como lugar de celebraciones de eventos, gestionado por la propia Fábrica Cerealis. Y es aquí donde se sitúa el punto de partida, un conjunto de una calidad arquitectónica bastante subrayable, con importancia a nivel nacional y con una gran memoria histórica, que ha marcado el devenir del barrio y que resume de una forma clara la historia de la ciudad, cae en el olvido aún estando el conjunto reconocido y protegido patrimonialmente. Los fundamentales, que dotaban de unidad al conjunto y explicaban la convivencia de periodos de historia tan distintos en un espacio tan reducido. Actualmente la empresa tiene previsto la rehabilitación del conjunto fabril para hacer viviendas, un uso inusual para este tipo de edificio industriales. Desde el proyecto se pone en crítica esta decisión abogando por un uso público que involucre a toda la ciudad y que permita a sus habitantes recordar y disfrutar de un conjunto industrial tan maravilloso evitando que caiga en el olvido. Se propone el uso de estas instalaciones como Facultad de Ingeniería de los Alimentos y Grado en Nutrición y Dietética Humana, ambos con un nexo de unión “la alimentación”.Universidad de Sevilla. Grado en Arquitectur