En este solemne acto de la investidura del profesor Julián de Ajuriaguerra como Doctor Honoris Causa de nuestra Universidad, sean mis primeras palabras para recordar que hace poco más de doce años y en ocasión similar a ésta tuve el alto honor de presentar a nuestro claustro la personalidad y la obra del ilustre Jean Piaget, colega, colaborador y amigo durante largos años de Julián de Ajuriaguerra en la Universidad de Ginebra. Su reciente desaparición, que tanto lamentamos, hace más vivo y emocionante este recuerdo. Igual como entonces, mis palabras de presentación podrían reducirse a recordar que si el doctorado honoris causa es en sentido estricto la 'venia docendi', la autorización para enseñar en el ámbito universitario, el acto que hoy...