Reikiavik es una obra sobre el poder de la imaginación y de la memoria, como afirma su autor, y es también una obra que juega con la identidad individual y colectiva, como afirma su director. Juan Mayorga, que asume tanto la dramaturgia como la dirección escénica de esta pieza, propone un viaje en el que, como voyeurs, asistiremos a la partida de ajedrez que marcó la historia del ajedrez y de la Guerra Fría. La idea de ?juego teatral?, que caracteriza tanto la estrategia dramatúrgica como la puesta en escena de la pieza, será el hilo conductor que nos lleve a analizar la construcción poética del texto y sus implicaciones éticas, asumiendo que el acto teatral debe abrir un espacio para el diálogo, la reflexión y la crítica no sólo en el marc...