Autonomía y evaluación

La educación superior no es un sistema coherente, ni mucho menos es una totalidad sin contradicciones. En las últimas décadas, las instituciones educativas han perdido en gran parte su sentido de “instituciones” y tienden a ser “organizaciones” subordinadas a los dictados del mercado. Eso debilita enormemente su carácter de mediación entre el individuo y la sociedad global, esto es, su capacidad de contribuir calificadamente para la constitución del sujeto social. Recuperar el papel de las instituciones de educación superior con respecto a la autonomía y a la emancipación humana, requieren una reflexión que cuestione los significados ético-políticos de la formación, que es la finalidad esencial de toda educación