Mediante el análisis etnográfico del Cementerio Central de la ciudad de Neiva (Huila), el texto propone ejemplificar cómo el cementerio es un escenario privilegiado en la manifestación, organización y resignificación de múltiples memorias, que construye e imagina colectivamente la sociedad neivana para representarse en una disputa por las identidades y el recuerdo. Espejo de lo que son, de lo que han sido, de lo que quieren ser. Dichas memorias pueden ser rastreadas por medio de la batalla de signos, la persistencia de las hegemonías, el relato de nación, la huella bipartidista, la tenacidad y el horror del conflicto armado, las demandas populares, el deseo del milagro, la reivindicación de los afectos, la resistencia, la identidad regional...