De forma sorprendente para muchos por estar tan recientes las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, tanto la Carta de las Naciones Unidas (1945) como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) anclaron sus pronunciamientos y declaraciones de derechos sobre el concepto de la dignidad humana. Concepto sin embargo enunciado, pero no definido ni en uno ni en otro documento, y en torno al cual ya incluso los mismos redactores de ambos no conseguían ponerse de acuerdo en una misma fundamentación ni en unas mismas derivaciones prácticas. El artículo examina cómo, a pesar de esa inicial debilidad, la dignidad humana como fundamento de las declaraciones de derechos se extendió tras la Segunda Guerra Mundial a constituci...