Estrategias de revascularizaci\uf3n: importancia del sexo

La enfermedad cardiovascular en general y la cardiopat\ueda isqu\ue9mica en particular constituyen una importante fuente de morbimortalidad en la mujer. La sintomatolog\ueda m\ue1s at\uedpica, la baja percepci\uf3n del riesgo por parte de las mujeres, la menor precisi\uf3n diagn\uf3stica de las pruebas no invasivas y la menor utilizaci\uf3n de la coronariograf\ueda dificultan el diagn\uf3stico de la cardiopat\ueda isqu\ue9mica en la mujer. La mujer con cardiopat\ueda isqu\ue9mica, tanto en el contexto de la angina estable e inestable como del infarto sin onda Q o con elevaci\uf3n del segmento ST, se beneficia tanto como el var\uf3n de la revascularizaci\uf3n percut\ue1nea o quir\ufargica, aunque la tasa de complicaciones hemorr\ue1gicas y la mortalidad periprocedimiento son algo m\ue1s elevadas en la mujer; sin embargo, se observa una tendencia hacia una reducci\uf3n en las diferencias en los \ufaltimos a\uf1os. Tanto los stents farmacoactivos como la revascularizaci\uf3n arterial sin circulaci\uf3n extracorp\uf3rea aportan beneficios similares en varones y mujeres. El estricto control de los factores de riesgo es imprescindible tras cualquier procedimiento de revascularizaci\uf3n. La selecci\uf3n del m\ue9todo de revascularizaci\uf3n m\ue1s adecuado en cada paciente depender\ue1 de la edad, la comorbilidad, el tipo, el n\ufamero y la localizaci\uf3n de las lesiones coronarias, la funci\uf3n ventricular y las preferencias del paciente, entre otros factores. Hoy d\ueda, un n\ufamero considerable de pacientes puede ser revascularizado por ambas t\ue9cnicas. Por ello es imprescindible la discusi\uf3n conjunta de casos y la estrecha colaboraci\uf3n de cardi\uf3logos intervencionistas y cirujanos, que lleve a la toma conjunta de decisiones terap\ue9uticas que puedan ser convenientemente evaluadas y modificada