Ya desde el inicio del siglo XX vivimos las épocas agónicas y confusas en la historia de la novela. El arte en general y la novela en particular del siglo XIX se han beneficiado de la capacidad de representar la realidad, de contar historias. Por esta razón la narratividad se ha convertido en el rasgo estético principal del arte decimonónico. Se reflexionó sobre los límites del arte y se fue formando una nueva poética que adoptó el nombre de vanguardista. Con el arranque de las vanguardias se abandonó la representación mimética como principio estético y se atribuyó a la forma autonomía respecto a su referencia: «El futurismo poético o el cubismo pictórico quisieron vehicular una poética y una estética que arrancara a los materiales de su se...