Abordaje de la artrosis desde la atención primaria

La artrosis es una enfermedad crónica prevalente asociada a dolor, discapacidad y empeoramiento de la calidad de vida. Las herramientas de apoyo que utilizamos a menudo en atención primaria para el abordaje de esta patología son las guías de la práctica clínica. En estas guías hay recomendaciones basadas en la evidencia,que ayudan al profesional en su práctica habitual a tomar la decisión más adecuada para cada paciente. A su vez permiten actuar de una forma conjunta y sincronizada a los diferentes profesionales que se hallan involucrados en este proceso asistencial. La finalidad de la aplicación de las guías de la artrosis será conseguir disminuir el dolor y la rigidez, mantener o mejorar la movilidad y la función articular, limitar la progresión del daño articular, y conseguir una utilización adecuada de los medicamentos, dando una atención de mayor calidad a los pacientes afectos de esta patología. Llamamos calidad de vida a la salud percibida por el propio individuo, que se diferencia del estado de salud que observamos los profesionales de la salud. En la artrosis el dolor es el síntoma principal, por ello hemos de utilizar instrumentos de medición del mismo. Existen escalas para valorar el dolor y la calidad de vida, las que utilicemos para medirlo han de ser breves y de fácil aplicación, proporcionándonos además resultados validos y significativos. La escala más utilizada para el dolor es la EVA (Escala Visual Analógica). Para medir la calidad de vida es conveniente utilizar escalas genéricas como el SF-36 y escalas especificas para la patología estudiada como el WOMAC.Diferentes sociedades científicas e instituciones entre ellas la EULAR (European League Against Rheumatism), la ACR (American College of Rheumatology), y la SER (Sociedad Española de Reumatología), han elaborado recomendaciones para el tratamiento de la artrosis de rodilla y cadera basadas en la evidencia científica y en la opinión de expertos, Otras han creado guías de actuación como la National Health Service (NHS), la British Society of Rheumatology, American Academy of Orthopaedic Surgeons (AAOS), utilizando diferentes criterios de clasificación de la calidad de la evidencia. Esto conduce a prácticas clínicas muy variadas y todas ellas basada en la evidencia científica. Los médicos necesitamos conocer cuáles son los criterios adecuados de actuación por lo que se deberían unificar las clasificaciones de la evidencia. Para subsanar estas deficiencias en el año 2000 se creó el grupo de trabajo GRADE cuyo objetivo es unificarlas diferentes clasificaciones para que las recomendaciones y guías de práctica clínica sigan criterios comunes basados en la evidencia