El presente artículo pretende examinar cómo algunas de las premisas establecidas en la Dialéctica de la ilustración, y desarrolladas por Theodor W. Adorno en su posterior teoría estética, hunden sus raíces en el panorama cultural del fin de siècle vienés. Se mostrará cómo la ruptura entre el arte de vanguardia y el gusto del público, convertido en consumidor, había sido ya expresada por el escritor satírico Karl Kraus, así como por el arquitecto Adolf Loos y los compositores de la Segunda Escuela de Viena. La paradoja que reside en la realización de un arte dirigido a un público que debe rechazarlo y la consecuente «mala conciencia» ante el éxito del artista moderno, quiere ser el núcleo argumental de este artículo.This paper tries to analy...